PRONUNCIAMIENTO MOVIMIENTO CAMPESINO
Ciudad de México, 14 de noviembre de 2019
LA CUARTA TRANSFORMACIÓN Y EL CAMPO MEXICANO
El primero de julio de 2018 más de 30 millones de ciudadanos libres manifestaron en las urnas, darle fin a la pesadilla neoliberal, de los cuales 8 millones (de votos) surgieron de las zonas rurales, indígenas y afromexicanas.
El Movimiento Campesino, Indígena, Afromexicano “Plan de Ayala Siglo XXI” (MCIAPASXXI) fue, quizá el único movimiento social que apostó y arriesgo al apoyar la candidatura del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), bajo la agenda campesina de largo alcance, con el fin de rescatar al campo y la soberanía alimentaria.
El gobierno de la Cuarta Transformación (4T) se ha volcado decididamente a desterrar al modelo neoliberal, cuyas acciones, colapsaron al campo y arruinaron a los campesinos en beneficio de las grandes corporaciones agroalimentarias. Por eso hoy importamos la mitad de lo que comemos y en el campo hay pobreza, malnutrición, deterioro ambiental, migración, inseguridad y violencia.
Las acciones implementadas por el gobierno de AMLO en este año, como el combate frontal a la corrupción, la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la creación de la comisión de la verdad de Ayotizinapa y la comisión nacional de búsqueda de desaparecidos, la decisión de recuperar nuestra soberanía energética y alimentaria, el combate al huachicol, la implementación de programas prioritarios como Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, Producción para el Bienestar, Precios de Garantía (canasta básica), Crédito Ganadero a la Palabra y Programa de Fertilizantes-Biofertilizantes, entre muchas otras acciones que, sin duda están cimbrado a México.
La política implementada para el campo ha provocado movilizaciones campesinas, críticas de sectores privados (privilegiados neoliberales), de ciertos diputados y senadores de todos los partidos políticos, principalmente por los cambios programáticos y por la disminución del presupuesto para el campo. Hoy las “voces críticas” que se manifiestan, son básicamente los que durante el periodo neoliberal se vieron favorecidos por el presupuesto y por las políticas anticampesinas.
A un año de distancia, la 4T muestra signos de cambios profundos y radicales a las políticas neoliberales. Pero no podemos cerrar los ojos y ser ingenuos. Los cambios transformadores llevarán tiempo. Sin duda, la violencia que padece México y la desaceleración de crecimiento económico, entre otros asuntos, que son de extrema preocupación.
En lo referente al campo, sin regateo alguno, decimos y coincidimos que “por el bien de todos primero los pobres”, en este sentido, el apoyo decidido a millones de pequeños productores de menos de 5 hectáreas ubicados en zonas deficitarias y marginadas, así como la incorporación de 250 mil productores indígenas es un reconocimiento a los pequeños y medianos productores como sujetos de derechos, económicos, productivos y sociales. Asimismo, la intención de erradicar la corrupción, el clientelismo y el corporativismo en el campo. Aunado a estos programas, la prohibición de las semillas transgénicas y el fracking, dan muestra de que el gobierno de López Obrador está comprometido con la gente del campo.
Queremos un campo mexicano vivo, verde, integro en sus recursos naturales, en su biodiversidad, con una población sana, culta, organizada, constructiva, solidaria, propositiva, con bienestar, en crecimiento constante, con desarrollo en todas sus capacidades productivas que contribuyan para lograr la autosuficiencia alimentaria del pueblo y la generación de materias primas que demanda la industria nacional. De igual forma se requiere que contribuya para resolver la miseria, que genere oportunidades de empleo, ingreso económico y el bienestar de millones de familias rurales.
Los cambios en la orientación de la política pública en los programas que el actual gobierno impulsa para atender a la sociedad rural deben sustentarse en lo mejor de la cosmovisión social comunitaria, en los valores propios de solidaridad, justicia e igualdad y en la democracia participativa. La cosmovisión y los valores que en nuestra sociedad rural tienen origen filosófico en el sistema de propiedad social de la tenencia de la tierra y reconocimiento de los derechos de las mujeres y jóvenes sobre la propiedad social de la tierra.
Los criterios comunitarios, sociales, económicos y políticos en torno a la cuestión agraria, son fundamento de una cultura comunitaria milenaria en México, que trascendió al conjunto de la nación, que justificaron la participación indígena y campesina en la lucha contra el régimen porfirista, por la libertad de los individuos, por la recuperación de la tierra arrebatada a las comunidades indígenas, por el reparto de las grandes latifundios entre las masas de peones que las cultivaban y por la democracia en el país, demandas que siguen siendo elementos sustantivos de identidad y unidad nacional, por ello insistimos en las siguientes propuestas:
-
Rechazamos cualquier intento de desestabilización al gobierno de México.
-
Rechazamos el intento de reducción de presupuesto de Sembrando Vida, Producción para el Bienestar y Precios de Garantía.
-
Revisión, ampliación y transparencia de todos los padrones del bienestar.
-
Urge instrumentar una política pública de TRANSICIÓN AGROECOLÓGICA.
-
Urge que se profundice el trabajo intersecretarial con participación de las organizaciones campesinas, indígenas y afromexicanas, para la definición de las políticas públicas.
-
Urge que el ejido y la comunidad estén en el centro de las políticas públicas para el campo.
-
Urge establecer una política de financiamiento público para favorecer el desarrollo productivo de los pequeños y medianos productores.
-
Urge avanzar en la solución de la problemática agraria del país. Es indispensable que el presidente, ponga a disposición de la SEDATU los predios incautados al narcotráfico y la delincuencia organizada e instruya a la SEDATU a que resuelva de forma inmediata los asuntos de terrenos nacionales y colonias agrícolas y ganaderas, toda vez que son asuntos que no requieren recursos para su solución y, por ende, se mantenga el programa de conflictos sociales en el medio rural para resolver la problemática que no encuentra solución por las vías jurisdiccionales.
-
Reconocer la importancia de la agricultura en todas sus dimensiones.
-
Reconocimiento y apoyo a la organización campesina y a las formas asociativas de producción y mercadeo.
-
Urge una política clara de Precios remunerativos y certidumbre en la comercialización de las cosechas.
-
Urge una política de administración de importaciones de alimentos. Control fitosanitario. Control de transgénicos.
-
Urge que haya congruencia y articulación de leyes que impulsen la producción de maíces nativos, producción de bioinsumos campesinos, intercambio libre de semillas campesinas y contra los monopolios que atentan contra los intereses campesinos e indígenas y la Nación. En ese sentido, exigimos a las y los diputados a aprobar en sus términos la LEY FEDERAL DE FOMENTO Y PROTECCIÓN DEL MAÍZ NATIVO.
-
Rechazamos cualquier intento de imponer la LEY FEDERAL DE VARIEDADES VEGETALES, UPOV 91. PRIVATIZACIÓN DE NUESTRAS SEMILLAS.
-
Rechazamos el Golpe de Estado efectuado en Bolivia.
Las y los campesinos, indígenas y afromexicanos queremos RESCATAR al campo y con ello salvar a México pues del agro dependen la alimentación, el empleo, el ingreso, la seguridad interna y la gobernabilidad; además de que aporta aire puro, agua limpia, bosques frondosos, paisajes amables, diversidad de plantas y animales, y de que es fuente de cultura y raíz de identidad.
Las organizaciones de este movimiento somos conscientes de la necesidad de impulsar cambios radicales y de fondo y de contribuir a la inclusión del campo y los campesinos en el proyecto nacional, a la par de construir condiciones para la realización plena de sus derechos y de su enorme potencial de contribución de los grandes problemas alimentarios, de empleo, ambientales, de seguridad y estabilidad del país.
Finalmente, desde nuestra diversidad y autonomía, expresamos con responsabilidad al gobierno mexicano y de cara a la sociedad y a la opinión pública, nuestra genuina disposición para construir un nuevo modelo de desarrollo rural incluyente y democrático, bajo políticas públicas de economía social de Estado, a través del diálogo y críticas constructivas un nuevo rumbo para el campo mexicano.
Atentamente,
MOVIMIENTO CAMPESINO, INDÍGENA, AFROMEXICANO
PLAN DE AYALA SIGLO XXI